El pasado día 15 fué la premiere en Los Ángeles de Shorts, la nueva aventura infantil de Robert Rodriguez.
Según imdb (aunque en otras páginas pone otras fechas) la película se estrena en los USA el día 21 de Agosto (una semana antes que en España), coincidiendo con el estreno de Inglourious Basterds, de su amigo Tarantino. Veremos quien gana en taquilla, aunque creo que no hay muchas dudas, para desgracia del señor Rodriguez.
Por cierto, las primeras críticas a Shorts dicen que supera a Spy Kids, pero que no deja de ser una película para niños, cosa que era de esperar (4,6 en imdb con 175 votos). Cuando vayan saliendo críticas ya haré un análisis mas profundo.
De regalo, un par de videos con entrevistas sobre Shorts:
3 comentarios:
Kat Dennings... ¡wow!
eso pensé yo al ver la foto...jajaja
De wílliam venegas
Costa Rica, La Nación
wvenegas@nacion.com
En 1992, el nombre del director, guionista, fotógrafo, montajista, músico, productor y cuanto haya que hacer en cine, Robert Rodríguez, salió del anonimato. Eso fue gracias a la película El mariachi, ganadora de premios y críticas laudatorias.
Gracias a su filme Abierto hasta el amanecer (1996), que la censura costarricense quiso poner a las 10 p. m., dicha normativa fue cambiada ante una apelación y los censores no pudieron nunca más poner horario a las películas, solo rangos de edad. Aún así, es posible que el filme más conocido de Robert Rodríguez sea La ciudad del pecado (2005), inteligente versión de un cómic.
Para los niños, el gran atractivo dado por el cine de Rodríguez ha sido el de una familia con miniespías incluidos. En esa onda familiar, nos llega ahora La piedra mágica (2009). Es cine para demostrar que los mundos mágicos de la infancia tienen una piedra en el zapato: los adultos.
La trama gira alrededor de una piedra que concede lo que se le pida. Para los adultos es oportunidad de tener dinero, fama y –sobre todo– poder. Con los niños, se muestra un mundo más ingenuo (aún con sus peleas internas). Al rato, la chiquillada entiende que es mejor evitar, a toda costa, que la piedra esté en manos de los grandes y los infantes buscan deshacerse de ella.
Aquí sobresale el actor James Spader, como el adulto tras la piedra. Este actor encarna al ricachón avaricioso, quien hace de la sociedad un reflejo de su monopolio económico e impone sus condiciones que pasan por el control ideológico, la competencia desleal, el afán de lucro, la publicidad y la represión laboral. ¡Ajá!
Como ven, la moraleja tiene su carácter subversivo; el problema del filme es que lo subraya en exceso, a tal punto que su trama solo está jalonada por la solicitud de deseos a la piedra según en manos de quien caiga, lo que le resta creatividad. Así, la película se siente repetida secuencia tras secuencia, pero igual la recomendamos en plan familiar.
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